el 15 de enero del 2021
De qué va
Cuando Robin Williams, el puto amo Robin Williams, la persona con más cara de buena persona que ha parido el cine, se suicidó, muchas hienas insinuaron que estaba arruinado, que era adicto a las drogas o que tenía depresión. Pero el bicho que devoró a la Sra. Doubtfire era mucho menos obvio y más escurridizo. Williams tiró la toalla por culpa de una enfermedad que los médicos no subieron detectarle hasta que ya era demasiado tarde, una patología neurodegenerativa que le convirtió en un hombre agotado, derrotado, paranoico, insomne y senil. Este documental, más que recordarnos lo que todos ya sabemos (que Robin era una superestrella y uno de los tipos más graciosos e ingeniosos que hemos visto en la gran pantalla) hace justicia con su memoria al limpiar de basura los rumores sobre su trágico final.
Nombres propios
Todo el mundo ama a Robin Williams. Fue el Genio de "Aladdin", el mejor profesor del mundo (¡oh, capitán, mi capitán!), el travesti british más carismático, "El hombre bicentenario", "El mejor padre del mundo" (ojo con esta, que posiblemente no hayas visto y es lo más arriesgado de su filmografía) y un montón de cosas más. Un icono generacional, un mito al que ni siquiera los que fruncen el ceño con la comedia popular y el cine familiar se atrevían a menospreciar. Por eso su trágica muerte y todo lo que se dijo sobre ella dejó desolados a sus fans, que creyeron que al fin y al cabo Robin cumplía con el cliché de la estrella de cine que se acaba suicidando entre cajas de píldoras de color naranja y botellas vacías de alcohol. Pero no. "El deseo de Robin", un documental que no tiene mucha más ambición formal que un reportaje clásico de televisión, dibuja al monstruo que se comió su conciencia y nos recuerda que Robin era una estrella peculiar, que vivía en un barrio y no en una mansión fortificada y acudía a las noches de micrófono abierto del club de su calle para irrumpir por sorpresa en el escenario para sorpresa de los asistentes. El director Tylor Norwood es consciente de que aquí la estrella es Robin y no él, no arriesga en nada pero sí acierta al saltar adelante y atrás en la biografía del actor para alternar sus momentos de felicidad con su triste final. En esa inestabilidad tonal, la película se acerca a la enfermedad de Robin, esa que le permitía instantes de lucidez mientras iba cerrando las luces del escenario.
Te gustará si te gusta
- Robin Williams, como mito de la cultura popular.
- "En la mente de Robin Williams", de Marina Zenovich.
- "Despertares", la película en la que, cosas de la vida, Robin encarnó a un neurólogo de éxito.
- Celebridades valientes dando a conocer sus enfermedades neurodegenerativas: "Bicicleta, cullera, poma", con Pasqual Maragall; "Bucarest, la memòria perduda", con Jordi Solé Tura; o "Més enllà del mirall", con Joaquim Jordà.
En un tuit
Nada de payaso triste. Robin Williams murió muy enfermo, tal y como revela EL DESEO DE ROBIN. Ni drogadicto, ni arruinado.
— Gerard Cassadó 🔻 (@Gerard_ACassado) January 15, 2021
Pero vaya vida + cabrona tuvo. Dos de sus mejores amigos, Christopher Reeve y John Belushi, se fueron antes de tiempo.
Y sin embargo, siempre una sonrisa. pic.twitter.com/MftHoEK9lu