el 12 de febrero del 2021
De qué va
El agente de policía de Nueva York Cardillo acaba con sus huesos en una comisaría de Puerto Rico tras un traumático accidente en una operación rutinaria. Hastiado y acomodado como agente de segunda, es enviado junto a su nueva compañera a evacuar un edificio en el que aún quedan rezagados a resguardarse ante lo que viene: una de las mayores tormentas tropicales de los últimos años. Allí se encontrará a un variopinto grupo de personajes entre los que se encuentran un ex policía con la salud reventada que se niega a salir de casa y un abuelo de origen alemán que esconde mucho más de lo que habla su esforzado acento. También a una banda de sanguinarios atracadores cuyo objetivo se encuentra en ese mismo complejo de viviendas y no dudará en armar la marimorena con tal de salir de allí con el botín, aprovechando el catastrófico temporal que asola la ciudad.
Nombres propios
Quizá consciente de que el tiempo se acaba y hay un tren de vida que mantener, el gran Mel Gibson no hace ascos en su arrollador comeback al cine de género ni a los subproductos de videoclub, y para ello se ha enrolado en las filas de la inefable productora de Randall Emmett y George Furla, una churrería ambulante especializada en thrillers policiacos y de acción de esos que encontrábamos en las últimas estanterías del videoclub hace un par de décadas. Además de por una premisa algo más elaborada de lo habitual, la película gana enteros como entretenimiento pasajero gracias al oficio de Michael Polish, cineasta que vivió mejores tiempos a principios de siglo con films como “Northfork” o “El granjero astronauta” y que sigue teniendo la magnífica costumbre de contar con su santa esposa en la mayoría de sus repartos, la también algo perdida en los últimos años Kate Bosworth. El conocido elenco se completa con el polivalente Emile Hirsch como sufrido protagonista y el estupendo David Zayas pasándoselo pipa de villano, como es habitual.
Te gustará si te gusta
- Los thrillers ambientados en tormentas, prácticamente imposibles de desdeñar: desde “Hard Rain” a “Infierno bajo el agua”.
- El cine de acción videoclubero de la Emmett/Furla, una suerte de Europa Corp de baja estofa a la americana. Si sale Bruce Willis un par de ratos recitando sus líneas como si leyera el contador del gas, probablemente estés ante una de ellas.
- “Ases calientes” de Joe Carnahan en medio de la tormenta del siglo.
En un tuit
Hay que reconocer que da vidilla al asunto el oficio de Michael Polish, cuya forma de tomarse en serio el asunto no es otra que dirigir por enésima vez a santísima esposa, Kate Bosworth. Y bueno, qué demonios, ¿hay alguna película ambientada en una tormenta que no sea divertida?
— Carlos M. Mira (@camormira) February 9, 2021