el 10 de octubre del 2020
De qué va
Sonny Malone, un joven pintor frustrado, rompe una vez más uno de sus dibujos a lápiz y lanza los trocitos de papel por la ventana. Del cielo esta vez no irrumpe Mary Poppins en paraguas, sino Olivia Newton-John en patines. Un objeto de deseo fugaz que aparece y te planta un beso, y desaparece sin dejar rastro. Para encontrarla, y para reconducir sus sueños, Sonny encuentra a un aliado de primer nivel, un clarinetista melancólico que luce la sonrisa derrochante de bondad de Gene Kelly. El amor de Sonny y Kira (así se llama el personaje de Newton-John) es tan imposible como el equilibrio estético en esta orgía de lucecitas, cursiladas y números musicales de otro tiempo. El asunto es cosa de dioses, pero levantar un delirante club musical llamado Xanadu allí donde sólo había un estudio en ruinas será el salvoconducto de Sonny y Kira para quebrantar las leyes del Olimpo.
Nombres propios
Hay una escena sensacional en "Xanadu", en la que una orquesta de los años 40 se funde, literalmente, con una banda de rock de los 80. Es uno de los muchos delirios musicales de la película dirigida por Robert Greenwald, pero no uno más. Ilustra a la perfección las fortalezas (que en su día fueron vista como debilidades) de un film que es testimonio de la imposibilidad de trasladar el espíritu de los musicales clásicos al universo estético de los años 80. "Xanadu" transporta a Gene Kelly a un universo de pelos de colores, patines de ruedas y lucecitas, y su absoluta inadecuación explica por qué no hubo ni un solo musical realmente memorable (más allá de experimentos como "The Wall") en toda la década. En este mejunje de excesos estéticos tienen cabida una escena de animación que hubiese firmado Disney, e incluso un número final demencial en el que Olivia Newton-John se multiplica para liderar lo que parece un espectáculo de variedades de José Luis Moreno. "Xanadu" es ridícula, cursi, ingenua... y en todo eso, contar con la Sandy Olsson de "Grease" es un acierto; pero también es una de las películas más desacomplejadamente orgullosas de ser lo que son, lo que explica por qué, 40 años después de dilapidar la carrera de su protagonista, es una indiscutible obra de culto.
Te gustará si te gusta
- El remake Disney de "Liquid Sky (Cielo Líquido)".
- Los efectos especiales de "Tron".
- Gene Kelly, aun más desubicado que en "Las señoritas de Rochefort".
- Enamorarte a los 8 años. Un sentimiento que sólo ha ilustrado tan bien este anuncio de Chiquilín.
- Un videoclip de Mecano protagonizado por los personajes de "Los mundos de Yupi".
En un tuit
Acabo de ver XANADU y he sufrido síndrome de Stendahl. Jamás algo tan deliciosamente ridículo se sintió tan orgulloso de ser deliciosamente ridículo. El Hollywood de Gene Kelly le echa un pulso a los años 80 de la MTV y de sus brazos brota purpurina. Un akelarre estético. pic.twitter.com/M1JSy3CqON
— Gerard Cassadó ? (@Gerard_ACassado) October 8, 2020